En la investigación que dio como resultado el libro Cuando despertó, el elefante todavía estaba ahí. La imagen del rey en la Cultura Visual 2.0, analizábamos a lo largo de uno de los capítulos principales el desarrollo de la imagen en la cultura visual 2.0, atendiendo a las particularidades de este nuevo contexto, a nivel de producción, difusión y consumo. Obviamente, el análisis se focalizaba también en el uso que la Casa Real española hacia de la web 2.0 y de las nuevas tecnologías en general, sosteniendo que, en buena parte, traspiés como el de Botsuana pudieron verse agudizados por una desadaptación y un cierto temor hacia las características propias de estos medios –el carácter conversacional, abierto, basado en la interacción, etc. –.
Artículo
Ander Gondra Aguirre
Fecha: 17-12-2014
Cómo citar este artículo: Gondra Aguirre, Ander (2014) «¿Veinte años no es nada? El impulso de una nueva generación», e-imagen Revista 2.0, Número 1, 2014, Sans Soleil Ediciones, España-Argentina.
Estos nuevos entornos suponen un desafío al control de la información y la comunicación, razón por la cual, como afirma Castells, “todos los gobiernos odian internet” (más aun con el desarrollo de portales como Filtrala, que pueden ayudar a canalizar, de manera anónima y segura, la denuncia ciudadana). De todos modos, ante este panorama, la Casa Real española se mostraba particularmente atrasada en contraste con otras instituciones europeas semejantes:
La mayoría de monarquías europeas poseen perfiles oficiales en las principales redes sociales; muchas de ellas, como la británica, con un fuerte impacto en número de seguidores, pero la española continúa reacia a tomar partido en esta reciente modalidad publicitaria y comunicativa. De hecho, el perfil de Twitter de la Casa Real se estrenó el 21 de mayo de 2014 y anteriormente abundaban multitud de cuentas bajo su nombre que se utilizaban a modo de parodia sobre la vida del monarca. Esto nos muestra que, si bien se observa cómo han ido dando algunos pasos, aún es mucho el trecho que le queda por recorrer a la monarquía española para entrar de lleno en este terreno [1].
Un primer paso en este sentido se dio en septiembre de 2012, cuando la Casa Real lanzó una nueva página web con una estética actualizada y adaptada a los nuevos ritmos digitales, enmarcándose, en palabras del rey, “dentro del esfuerzo que venimos realizando para mejorar la comunicación de la Corona con todos los españoles, con criterios de transparencia, rigor e innovación”.
Y un hecho fundamental se dio el 2 de junio de 2014 cuando la abdicación de Juan Carlos I llegó en primer lugar vía Twitter, un gesto que podría indicar el comienzo del proceso sucesorio también en lo que respecta al uso y control de las redes sociales –y de la imagen de la monarquía en estas–.
En este misma dirección, hace tan solo unos días, una noticia ha venido a confirmar que el marco de la Cultura Visual 2.0 planteado en el libro sin duda resulta fundamental para entender la imagen de la monarquía en el siglo XXI. Entre los contratos alcanzados por la Corona que recientemente se han publicado con motivo de la ley de transparencia figura uno firmado con la consultora Fresnocom S.L, empresa especializada en publicidad y nuevas tecnologías, cuya función consistirá en “analizar todos los comentarios en redes sociales, webs, y blogs de Internet que tengan que ver con la familia real y la Corona” [2]. Algo que, si se suma a otros dos servicios contratados de seguimiento de noticias (uno por 38.115 euros para informaciones de prensa, radio y televisión, que ofrece la empresa Acceso Group, y otro de 4.874 euros con Europa Press) da un total de 105.122 euros destinados al análisis de información.
Parece que definitivamente la Casa Real ha optado por entrar de lleno en las redes sociales, haciendo, por ejemplo, un uso diario y continuo de Twitter, donde todos los actos del Felipe VI cuentan con un correlato visual (como en el caso de la Casa Real Británica, que abrió su perfil allá por 2009, el Papa Francisco u Obama, ejemplo paradigmático de esta “segunda piel” digital [3]), renovando en su figura uno de los tópicos más recurrentes sobre su padre: su gran papel como relaciones públicas y como embajador de la ‘marca España’ en un momento complicado como este.
Para concluir, en este sentido, apuntar tan solo que además del presupuesto señalado para el análisis de la información, la Casa Real destina, aproximadamente, otros 150.000 euros a distribuir información desde la institución: “soporte y mantenimiento de su página web (44.271 euros), fotografías (57.838 euros) y vídeos (48.400)”. Una maquinaria al servicio de la construcción (y consolidación) de una imagen renovada, que deje atrás los lastres del reinado de Juan Carlos I.
Con motivo de la presentación del retrato de Antonio Lopez, se supo también que esa “Familia Real”, la de hace dos décadas, la que aún se sostenía en los índices de valoración, sin miembros imputados o matrimonios ‘amputados’, va a ser explotada comercialmente por la empresa Patrimonio y Museos, reproduciéndose «en postales normales y dobles, láminas, posters, imanes, cuadernos y puntos de lectura» [4]. Unos suvenires que convierten a Antonio Lopez en el primer artista vivo con merchandising en las tiendas de Patrimonio Nacional, y que introduce por vez primera a la familia real en este tipo de circuitos de memorabilia (carecía además, la familia real, de un retrato icónico). Un objeto para el recuerdo que busca congelar la imagen de una familia real irreconocible. En esta ocasión, me temo que no se podrá confirmar la letra del tango. En lo que respecta a la Casa Real española, ¿realmente creen que veinte años no es nada?
Habrá que seguir atentos a este tipo de noticias, que a buen seguro continuaran deparándonos interesantes reflexiones sobre el devenir de la imagen de la monarquía.
Referencias:
[1] Grupo de investigación Irudi, Cuando despertó, el elefante todavía estaba ahí. La imagen del Rey en la Cultura Visual 2.0 (Barcelona: Sans Soleil Ediciones, 2014), 136.[2] «La Zarzuela gasta 62.000 euros en analizar redes sociales e Internet», El País, 11/12/2014: http://politica.elpais.com/politica/2014/12/11/actualidad/1418328606_414333.html[3] Véase Luis Vives-Ferrándiz Sánchez, «Yes, we Flickr!: imágenes del poder en la era de la postfotografía», en Las artes y la arquitectura del poder, ed. Víctor Manuel Mínguez Cornelles (Castellón: Universitat Jaume I, 2013), 511-526.[4] «Los Borbones de Antonio López llegan a las neveras de los españoles», El Confidencial, 10/12/2014: http://www.elconfidencial.com/cultura/2014-12-10/los-borbones-de-antonio-lopez-llegan-a-las-neveras-de-los-espanoles_582645/